martes, 9 de julio de 2019

Voz en Off - Primer corte

Somos una serie de números sin valor, somos esos ceros que están primeros ¿y para que? Si lo que vale según la regla es a partir del uno. Porque el cero no suma, no resta, no compite con nadie. No multiplica porque siempre va a ser cero. El uno es el que cuenta. Y ya no sabemos qué número seremos, no sabemos si debe existir esta regla. 
Porque ser nadie implica ser algo que no se ve, algo que no se escucha, pero al mismo tiempo si. Es un ruido que intenta ser algo más que eso. Es un ruido que se hace escuchar aunque no quieran, aunque moleste, aunque duela, siempre está ahí. Porque es la única manera en la que ese cero valga de algo, haciéndose presente aunque parezca invisible. 
¿Que pensaran los que tienen todo? ¿Y los que no tienen nada? Los ignorados, los ninguneados. 
Los que tienen todo se quieren quedar con todo y no darle nada a los que no tienen nada, a los nadie. No podemos entender lo ridículo que es eso, no podemos entender la cabeza de los que tienen todo. Ni queremos entenderla. ¿Por qué se quieren apropiar de lo que es de todos?
Todo parece una superficie, una fachada. ¿A partir de qué momento empezamos a crear una máscara?
¿Los que tienen todo se tapan los ojos? ¿O solo nos los tapan a nosotros? ¿Quienes eligen ponerse esas vendas? 
Los que no tienen nada gritan y no los escuchan ¿por qué será? 
No somos sordos, ni ciegos, es sólo prestar un poco de atención ¿quién nos dice que está mal mirar al costado? Si no estamos solos, no nacimos solos, no morimos solos, pero nos obligan a eso.
¿Cuántos ceros vemos pasar y no los tomamos en cuenta?
¿Y si el cero somos nosotros? ¿Acaso nadie nos avisó que éramos un cero? 
Porque ese cero no está del lado izquierdo del uno, los nadie intentamos corrernos hacia el otro lado a veces. Porque ya no podemos ser como ellos, nunca lo vamos a ser. No se si seremos ceros a la derecha alguna vez, porque sabemos que un número, que según dice la regla “sí cuenta”, es inalcanzable. Y es que alguna vez escuchamos que “los nadie cuestan menos que la bala que los mata”.

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